lunes, 16 de agosto de 2010

Malherido mas no muerto


Una pregunta ronda por la cabeza de José Luis Real y de todo el entorno futbolístico nacional: ¿cómo se le hace para afrontar la Final de vuelta de la Copa Libertadores en Brasil y con desventaja en el marcador?

En efecto, el panorama no es alentador para el equipo más popular de México. No sólo perdió en el estreno oficial de su nueva casa, sino que fue superado ampliamente por un equipo que parecía local y que le sentó muy bien el pasto sintético. De hecho, el resultado se quedó muy corto para lo que fue el encuentro, el Inter de Porto Alegre fácilmente pudo haber liquidado la Final en el partido de ida.

Lo más decepcionante para la afición rojiblanca fue la pobre imagen que dejó su equipo en la cancha, la pasiva actitud de Chivas ante una oportunidad única. No parecía un duelo entre los dos mejores equipos del continente, parecía un partido de primera ronda en donde las diferencias pueden ser muy marcadas.

Para muchos el marcador 1-2 es una losa muy pesada y casi irremontable. Todos hablan de que salir con el trofeo en las manos es prácticamente imposible. Es verdad que ir al estadio Beira-Rio con un gol en contra supone un reto mayúsculo, pero Chivas ha dado grandes partidos de visitante en esta competición. Recordemos aquella gran victoria en el Morumbí cuando le cortaron al Sao Paulo una racha de 19 años sin derrota en torneo internacional. Un año antes (2005), una soberbia actuación de Jesús Corona en la cancha de Boca le dio el pase a las semifinales. Y hace un par de semanas, Chivas nos brindó un recital en territorio chileno para instalarse en su primera final de Libertadores.

Es por eso que el Güero Real sabe que aún no están muertos y se aferra a sus posibilidades. Lo que no se sabe es qué equipo saltará a la cancha este miércoles, su carácter voluble e impredecible lo hace capaz de ofrecer un futbol de primer toque, veloz y muy vertical, pero también de bloquearse y no encontrar variantes en su juego.

A mi parecer, la mejor versión de Chivas es una combinación entre el joven equipo que, con nada que perder, enfrentó sin reparos a Vélez Sarsfield y a Libertad, y los jugadores con más experiencia que integraron a la selección mexicana en Sudáfrica.

Volviendo a la pregunta inicial, ¿qué hacer para volver a casa con la Copa? Chivas tiene que decidir entre salir a aguantar la presión del Inter y tratar de cazarlos en algún contragolpe, jugada a balón parado, algún error brasileño; o intentar llevar las riendas del encuentro buscando afanosamente el gol del empate global. Lo más conveniente para el equipo tapatío sería encontrar un equilibrio entre estas dos posturas, pues si adopta alguna de ellas tajantemente corre el riesgo de llevarse una goleada de escándalo.

Chivas tendrá una tarea muy difícil por delante, deberá anular la salida de los laterales Nei y Kléber, así como frenar los ataques de Giuliano, Alecsandro y sobre todo de su cerebro Andrés D’Alessandro. Así como esperar que Mejía y Báez manejen los hilos del medio campo, que Bravo, Arellano y el Bofo salgan inspirados y, especialmente, que Michel y la defensa mantengan viva la esperanza rojiblanca.

Para poder lograr el objetivo, el Guadalajara tiene que hacer un partido perfecto y el Internacional tendría que bajar un poco el nivel mostrado en el estadio Omnilife. Se tendría que dar esta combinación para que Chivas pudiera tener la posibilidad de hacer historia por el futbol mexicano.