lunes, 24 de mayo de 2010

Inter al cubo

Este sábado por fin pudimos conocer al campeón de Europa y, probablemente, al mejor equipo del mundo.


Madrid se vistió de gala para recibir el partido de clubes más importante del año: la final de la UEFA Champions League entre Bayern Munich e Internazionale de Milán. Ambas escuadras llegaron sorpresivamente a esta instancia, pues se esperaba que se disputara entre equipos ingleses y españoles que hace tiempo vienen acaparando la escena europea, pero estos conjuntos hicieron méritos de sobra para ganarse su lugar en el partido estelar.


A priori, la historia estaba del lado de los alemanes. Con cuatro conquistas, la última en 2001, el Bayern es un invitado recurrente a esta cita. Por otro lado, el Inter ha sido una lágrima en esta competición en las últimas cuatro décadas. Su época de gloria fue allá en 1964 y 1965 cuando de la mano de Helenio Herrera consiguieron sus, hasta ahora, únicas dos Copas de Europa. Y desde hace 38 años que este equipo ni si quiera llegaba a la final, viviendo a la sombra de Juventus y Milan.


Sin embargo, este Inter 2009-2010 se estructuró pensando en ganar la Liga de Campeones. Ya había demostrado ser el más fuerte de Italia, ahora le faltaba ratificar ese dominio en el torneo continental. Por eso Mourinho pidió al presidente Massimo Moratti refuerzos en sus tres líneas, jugadores de la talla de Lucio en la central, Sneijder como enganche, y en la delantera se hizo de Milito y Eto´o. Estas incorporaciones, sumadas a la base argentina-brasileña que predomina en el nerazzurro, formaron un equipo fuerte y experimentado, capaz de romper la maldición que arrastraba el club desde hace 45 años.


El partido del sábado no fue el gran juego que todos hubiéramos querido ver, más bien fue una demostración táctica del Inter. A pesar de que el Bayern monopolizó la posesión del balón, poco pudo hacer ante el preciso escalonamiento de las líneas enemigas. El Inter salió al campo con un plan de juego definido: mantener el orden defensivo con una línea de cuatro, que se volvía de seis cuando se cerraban Zanetti y Cambiasso, y tan pronto robaban el balón salían rápidamente con un latigazo hacia sus hombres de ataque. De esta manera siempre estaban bien parados atrás y se descolgaban hasta con cuatro jugadores para hacer daño en el arco alemán.


Probablemente hubiera sido más espectacular este encuentro si el Inter se hubiera puesto abajo en el marcador, pues se habría visto obligado a salir a buscar el partido, dejando más espacio para el Bayern en su zona baja. Todo lo contario, al minuto 34 llegó el tanto interista en una majestuosa pared entre Diego Milito y Sneijder, precedida de un despeje del portero Julio Cesar, que dejó al argentino mano a mano frente al arquero y Milito no falló. Así, en cuatro toques el Inter se puso en ventaja en un momento clave del encuentro.


El equipo alemán tuvo la posibilidad más clara apenas empezado el segundo tiempo. Altintop aprovechó una de las pocas desatenciones defensivas del Inter y dejó solo frente al arco a Tomas Müller, éste estrelló el balón en Julio Cesar y se perdió el empate del Bayern. El portero brasileño se eligió como una pieza fundamental del Inter al detener un disparo muy peligroso de Arjen Robben con una estirada espectacular. Al minuto 70, otro contragolpe del Inter sentenció la final, de nueva cuenta Diego Milito se escapó y, después de hacerle una faena al belga Van Buyten, definió cruzado para asegurar la victoria nerazurra.


Después de tanto tiempo el Inter volvió a la cima de Europa. El equipo de Milán no sólo consiguió su tercera Copa de Europa sino que también completó la triple corona en una sola temporada, algo que sólo cinco equipos habían conseguido (Celtic 67, Ajax 72, PSV 88, Manchester United 99 y Barcelona 09). Y sí, el número tres es muy especial para este club. Durante el festejo pudimos ver al Cuchu Cambiasso vistiendo una camiseta retro del Inter con el 3, número que fue retirado en honor a Giacinto Facchetti, jugador y directivo emblemático del Inter que falleció en el 2006.


Cuesta trabajo creer que este equipo ha pasado de no ganar nada a campeón de todo en sólo cuatro años. Desde aquel Scudetto asignado al Inter por el escándalo de corrupción del futbol italiano (Calciopoli), el conjunto milanés no ha dejado de ganar la liga, y este año su capitán Javier Zanetti pudo levantar al cielo Copa, Liga y Champions.