Acabó la fiebre mundialista y caímos de vuelta en la realidad. El futbol mexicano nos recibe con un semestre lleno de incertidumbre tanto en el torneo local como en la selección nacional.
Este lunes, los dueños de los equipos de la Primera División se reunieron con los dirigentes de la Federación Mexicana de Futbol para decidir el futuro inmediato del Tri. Después de varias horas de deliberación, los hombres de pantalón largo concluyeron que lo mejor era posponer el nombramiento del técnico nacional hasta el próximo año y, por mientras, poner al frente al Ojitos Meza y Efraín Flores como interinos.
Una determinación por demás ridícula y falta de convicción. Se supone que la Femexfut debería de haber aprendido de los errores del pasado, sin embargo, parece que se esfuerzan por entorpecer el progreso de la selección. Lo peor de todo es que los 18 propietarios coincidieron en ratificar en sus respectivos puestos a Justino Compeán y a Decio de María otros cuatro años. Eso quiere decir otro ciclo de atraso o, si bien nos va, de estancamiento. No se puede aspirar a grandes cosas con este tipo de medidas.
Por otro lado, el pasado fin de semana se puso en marcha el Apertura 2010. Para este torneo algunos trajeron refuerzos de renombre. América sacó del exilio a Vicente Sánchez, Santos y Monterrey recuperaron a Christian Benítez y Humberto Suazo respectivamente, Morelia hizo un gran fichaje con Federico Vilar, y Tigres sacó la cartera para llevarse a Damián Álvarez. Otros como Pumas y Chivas no hicieron contrataciones a pesar de la marcha de sus mejores jugadores a Europa. Y hubo escuadras como San Luis y Puebla que de plano cambiaron a todo el equipo.
Lo más relevante de la primera jornada fue la victoria 3-0 del Pachuca ante el América, el buen arranque de Cruz Azul venciendo por el mismo marcador a los Estudiantes, y la goliza 4-1 a domicilio del Santos a un Atlante que echó de menos al argentino Vilar.
Más allá de estos marcadores abultados, todavía es muy pronto para destacar a un equipo sobre los otros. Además, este tipo de torneos cortos no ofrece ningún tipo de garantía, cualquiera le puede ganar a cualquiera y la única certeza es que el equipo que llegue embalado a la liguilla tendrá muchas posibilidades de alzarse con el título.
En actividad de la Copa Libertadores, Chivas disputó el juego de ida de las semifinales contra la Universidad de Chile en el estadio Azteca. Decisión polémica por ser la casa del América pero una gran oportunidad para millones de rojiblancos capitalinos de ver a su equipo favorito en una semifinal del torneo continental.
Lamentablemente, el Guadalajara sólo pudo conseguir un empate a uno y dejó escapar la gran oportunidad de ir a Chile con ventaja para buscar el boleto a la final. Los del Güero Real desperdiciaron todo el primer tiempo, se les vio perdidos, faltos de ideas y de variantes. La segunda parte estuvo más movida, Chivas se fue con todo al ataque. No obstante, fue la U de Chile quien abrió el marcador aprovechando un grave error de Héctor Reinoso que, en vez de despejar la pelota, se la entregó a Olivera que sirvió a un solitario Olarra, éste no tuvo más que empujar el balón al arco. El rebaño reaccionó de inmediato, a la salida de un corner, Omar Arellano encontró el empate tras el rechace del portero a un remate de Bravo.
A pesar de tener oportunidades, Chivas no pudo salir airoso del Azteca. El empate le sabe a poco, más aún por la buena imagen que dejaron los juveniles en los partidos contra Vélez Sarsfield y Libertad. Para acceder a la gran final, los tapatíos tendrán que ahuyentar a sus propios fantasmas que los han dejado en esta instancia un par de veces, además de luchar contra un buen equipo chileno y, seguramente, contra el arbitraje sudamericano.
La selección mexicana simplemente no funciona, deberían de hacer una limpia profunda en vez de andar con sus jueguitos.
ResponderEliminarLo de las chivas en el azteca es una burla, si en verdad sintieran los colores no irían a meterse al nido del águila.