Un proceso-cuatro entrenadores
Es turno de hablar de la selección mexicana. Éste es un tema tan amplio y complejo que se tendrá que repartir en más de una nota, siendo esta la primera entrega.
Para analizar a profundidad el desempeño actual del Tri tenemos que remontarnos al mundial pasado. Sí, al final del ciclo de Ricardo Lavolpe que, a mí parecer, dejó buenas sensaciones al hacer una gran Copa Confederaciones 2005 y al dirigir a México en uno de los partidos más emocionantes de Alemania 2006: Argentina-México. Esta fue la última vez que tuvimos un equipo bien organizado, que sabía a qué jugaba y que ofrecía espectáculo al aficionado.
Lavolpe nunca tuvo una buena relación con la prensa y al ver la oportunidad de dirigir a Boca Juniors no lo pensó dos veces para marcharse a Buenos Aires. Mucho antes que el argentino dejara el mando tricolor, Televisa ya preparaba el arribo de uno de sus personajes favoritos: Hugo Sánchez. El paso del Pentapichichi por la selección fue desafortunado. Más allá del tercer lugar que obtuvo en
Debido a la dimensión y al peso de un histórico como Hugo Sánchez,
Fue entonces cuando anunciaron al ex entrenador de la selección inglesa, Sven-Göran Eriksson, como la persona que iba a llevar a México al quinto partido del mundial en Sudáfrica. El contrato que se le ofreció al sueco era demasiado apetecible como para dejarlo escapar (se estima entre 7 y 9 mdd), y la misión a corto plazo era “fácil”: clasificar a la selección a
Con la eliminatoria inconclusa y la necesidad de encontrar un substituto al estratega sueco, el cese de Javier Aguirre en el Atlético de Madrid fue la mejor noticia que pudo recibir el futbol mexicano en ese momento. Volvería a casa el hombre que salvó al Tri después de la desastrosa etapa del Ojitos Meza que casi nos deja fuera de
Aunque no lo parezca, todo esto pasó sólo en cuatro años. Cuatro años de cambiar de proyecto, de malas decisiones, de ver pasar cuatro entrenadores y de convocar a un sin número de jugadores de acuerdo al gusto del técnico en turno.
Justino Compeán y Decio de María, directivos de la FMF, podrán ser una maravilla para vender la imagen de la selección nacional pero han masacrado los intereses deportivos del Tri. Nos venden la ilusión de que México va a hacer el mejor mundial de su historia y, al mismo tiempo, no dejan madurar al equipo cambiando tres veces de entrenador en un ciclo mundialista. Esa es una de las cosas que le tenemos que aprender a nuestros vecinos del norte: hacer un proyecto serio y darle continuidad.
En efecto amigo, el problema de la selección radica en la falta de un proyecto a mediano plazo que involucre un esquema táctico identitario como base, conforme a las características propias de los jugadores mexicanos. El ejemplo paradigmático sería el italiano. Consolidar el llamado "catenaccio" en aquella selección, nada más y nada menos le han dado como resultado la obtención de cuatro copas del mundo y las que lleguen a sumar a futuro. Aquí tanto el aficionado como el promotor deben de aprender a ser objetivos. Sé que en el caso del segundo es la naturaleza propia de su trabajo la que lo lleva a tratar de imponer en las esperanzas de los primeros la parte propagandística, -que es la que deja cantidades exorbitantes de dinero-, muy por encima de la parte futbolística. Pero también debemos decir aquí que el gran problema del aficionado mexicano es querer a toda costa que su país, a través de su selección, pueda brillar ante potencias mundiales que en todos los ramos nos son muy superiores. Debido a que es en el plano futbolístico en donde puede existir más competencia, es por ello que desde el Mundial de 1986 muchos aficionados están esperando ver su equipo entre los 3 o 4 lugares más altos del podium. La objetividad aquí radicaría en saber analizar y comparar de buena manera al seleccionado nacional con equipos como España, Inglaterra, Brasil, Alemania, Holanda, Portugal o Italia. Entender que todavía no estamos para competirle a esos equipos en una Copa del Mundo nos llevaría a la magnífica conclusión de empezar a construír un proyecto con miras al mediano plazo como lapso mínimo. De no ser así, cada 4 años -como bien apuntas mi Adi- sucederán los mismos probelmas extra-deportivos que solo nos llevarán, por desgracia, a tener que encontar un "Aguirre salvador" cada cuatro años para que nos meta en la pelea.
ResponderEliminarGran análisis. Espero ansioso las otras entregas campeón!!! =)
la idea de que nuestra selección está para ganarle a quien sea, utilizando los
Si pues la Femexfut al igual que el país es conducida por una manga de avaros a los que solo les importa enriquecerse lo más posible a expensas de la calidad del juego. Lo vemos con el aburrido torneo Comex que con el negociazo de dos liguillas al año pone el nivel del torneo en un nivel más bajo del que podría tener.
ResponderEliminarPor otro lado, es una verguenza que en un país de más de 100 millones de habitantes donde el futbol es el deporte número uno y mueve de las cantidades de dinero más altas a nivel mundial, aspiremos a llegar al "quinto partido". Con toda la infraestructura que hay aquí y el interés ´del público, México debería aspirar a ser campeón del mundo cada mundial. Nos han vendido la idea de que llegar a cuartos es lo mejor que nos puede pasar pero la verdad es una meta muy mediocre para el tamaño de país. Claro que ya en concreto y viendo el nivel que tiene la selección (que debería ser mucho más alto) llegar a cuartos de final en Sudáfrica si que sería un milagro.
Buen post, sin duda México está en pañales y seguirá estándolo, es un niño mimado, ke no madurará, hasta que se dejen de lado los consentimientos, por decirlo en metáfora. Lamentable que el aficionado se guíe por un esquema resignación/conformismo que vive de una playera bonita, de comerciales abundante, de torneos mediocres, de un jugador clave con casi 38 años, es decir, sin un proceso ni progreso.
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