Es domingo, el día en que el fanático al futbol reserva para atender en cuerpo y alma a su deporte preferido. A unos minutos de dar las 12 del día, Roberto ya tiene lista su dotación de botana y su cartón de cerveza para acompañar la jornada futbolera. Empieza viendo un juego entre Toluca y Morelia, como no le satisface del todo cambia de canal a un partido de la liga española donde Real Madrid y Valencia se disputan una feroz batalla. De pronto, se encuentra con todo un clásico del futbol inglés: Chelsea-Arsenal.
Mientras contempla estos tres partidos a la vez, se levanta de su asiento para tomar el teléfono y responder a la encuesta lanzada por el narrador de uno de los partidos. Al poco rato, no se resiste las ganas de sacar su iphone para comentar en twitter lo que piensa del árbitro; como no le parece lo que opina un comentarista se conecta al chat de Televisa Deportes para discutir sobre una jugada polémica con los seguidores del equipo contrario. Al final del partido, Roberto recurre a la página de Espn para enterarse de los pormenores de los demás partidos que se llevaron a cabo al mismo tiempo.
Una imagen así parece demasiado compleja: un individuo con el control remoto en una mano, su iphone en la otra y sus ojos yendo de un lugar a otro. Sin embargo, forma parte de esta era posmoderna donde la tecnología nos permite dividir nuestra atención en dos o más objetos, creyendo que así abarcamos más espacio o aprovechamos mejor el tiempo.
Gracias a los distintos recursos tecnológicos, el aficionado se ha involucrado cada vez más con los medios deportivos. Los programas de radio y televisión reciben correos y llamadas telefónicas en vivo. Los portales de internet abren foros de discusión y a veces llevan a personalidades para que la gente pueda chatear con ellas. Incluso, los deportistas y periodistas pueden ser rastreados en sus cuentas de twitter o facebook en tiempo real. Este tipo de interacción nunca fue tan directa y masiva.
Ahora no sólo se pueden ver partidos por televisión, sino que es posible sintonizarlos por internet en computadoras y celulares. De este modo, el aficionado puede seguir a su equipo preferido casi en cualquier parte del mundo. Gente que vive en un país lejano puede entrar a rojadirecta.org y conectarse a canales como Justin.tv, Unstream o Web Flash para disfrutar un Chivas-América un poco pixeleado y trabado pero a fin de cuentas no le pierden la pista a su pasión.
Otro aspecto que mantiene el interés del aficionado al deporte es la extensa carta televisiva que se le ofrece, sobre todo el fin de semana. Desde temprano, la televisión se llena de automovilismo, futbol americano, basquetbol, beisbol, box, lucha libre, tenis, golf y sobre todo mucho, pero mucho, futbol.
Más allá del torneo nacional que transmiten Televisa y Tv Azteca, cadenas de paga como Sky, Espn, Fox Sports, Gol Tv, Tvc Deportes y Tdn se encargan de traer hasta nuestros hogares futbol de distintas partes del mundo: la Liga española, la Serie A italiana, la Premier League de Inglaterra, la Bundesliga de Alemania, la Liga argentina, el Brasileirao, la Eredivise holandesa, le Championnat francés, la Superliga portuguesa y hasta la MLS norteamericana. Además de torneos internacionales como la UEFA Champions League, la Europa League, la Copa Libertadores de América, la Copa Sudamericana y la conocida como “Concachampions”.
Los sistemas satelitales y de cable han ampliado las posibilidades del fanático del futbol. Ahora ya no tenemos por qué conformarnos con ser aficionados a Pumas o Cruz Azul cuando también podemos seguir al Manchester United, al Barcelona, a la Roma o al Bayern Munich en sus diversas competiciones. La amplia cobertura televisiva nos permite apoyar a un equipo del otro lado del mundo y seguirle la pista en todo momento sin siquiera haber pisado su estadio o hablar su idioma.
El hecho de que ya haya más jugadores mexicanos en las ligas importantes de Europa, extiende mucho más la audiencia televisiva y, por ende, el mercado dirigido a ésta se amplía. Aquí el consumo es el elemento clave para que la tele de paga siga transmitiendo futbol de medio mundo.
Cuando Roberto ha decidido apagar el televisor ese domingo por la noche, ha visto ya cuatro partidos completos, otros tres en zapping, ha revisado el resumen deportivo de cinco canales y se ha peleado tres horas más con los comentaristas que discuten el mismo gol desde, literalmente, todos los ángulos. Para concluir el tema del fanático saturado me viene a la mente una frase del ex futbolista Jorge Valdano: “El futbol es lo más importante entre las cosas menos importantes”.
Mientras contempla estos tres partidos a la vez, se levanta de su asiento para tomar el teléfono y responder a la encuesta lanzada por el narrador de uno de los partidos. Al poco rato, no se resiste las ganas de sacar su iphone para comentar en twitter lo que piensa del árbitro; como no le parece lo que opina un comentarista se conecta al chat de Televisa Deportes para discutir sobre una jugada polémica con los seguidores del equipo contrario. Al final del partido, Roberto recurre a la página de Espn para enterarse de los pormenores de los demás partidos que se llevaron a cabo al mismo tiempo.
Una imagen así parece demasiado compleja: un individuo con el control remoto en una mano, su iphone en la otra y sus ojos yendo de un lugar a otro. Sin embargo, forma parte de esta era posmoderna donde la tecnología nos permite dividir nuestra atención en dos o más objetos, creyendo que así abarcamos más espacio o aprovechamos mejor el tiempo.
Gracias a los distintos recursos tecnológicos, el aficionado se ha involucrado cada vez más con los medios deportivos. Los programas de radio y televisión reciben correos y llamadas telefónicas en vivo. Los portales de internet abren foros de discusión y a veces llevan a personalidades para que la gente pueda chatear con ellas. Incluso, los deportistas y periodistas pueden ser rastreados en sus cuentas de twitter o facebook en tiempo real. Este tipo de interacción nunca fue tan directa y masiva.
Ahora no sólo se pueden ver partidos por televisión, sino que es posible sintonizarlos por internet en computadoras y celulares. De este modo, el aficionado puede seguir a su equipo preferido casi en cualquier parte del mundo. Gente que vive en un país lejano puede entrar a rojadirecta.org y conectarse a canales como Justin.tv, Unstream o Web Flash para disfrutar un Chivas-América un poco pixeleado y trabado pero a fin de cuentas no le pierden la pista a su pasión.
Otro aspecto que mantiene el interés del aficionado al deporte es la extensa carta televisiva que se le ofrece, sobre todo el fin de semana. Desde temprano, la televisión se llena de automovilismo, futbol americano, basquetbol, beisbol, box, lucha libre, tenis, golf y sobre todo mucho, pero mucho, futbol.
Más allá del torneo nacional que transmiten Televisa y Tv Azteca, cadenas de paga como Sky, Espn, Fox Sports, Gol Tv, Tvc Deportes y Tdn se encargan de traer hasta nuestros hogares futbol de distintas partes del mundo: la Liga española, la Serie A italiana, la Premier League de Inglaterra, la Bundesliga de Alemania, la Liga argentina, el Brasileirao, la Eredivise holandesa, le Championnat francés, la Superliga portuguesa y hasta la MLS norteamericana. Además de torneos internacionales como la UEFA Champions League, la Europa League, la Copa Libertadores de América, la Copa Sudamericana y la conocida como “Concachampions”.
Los sistemas satelitales y de cable han ampliado las posibilidades del fanático del futbol. Ahora ya no tenemos por qué conformarnos con ser aficionados a Pumas o Cruz Azul cuando también podemos seguir al Manchester United, al Barcelona, a la Roma o al Bayern Munich en sus diversas competiciones. La amplia cobertura televisiva nos permite apoyar a un equipo del otro lado del mundo y seguirle la pista en todo momento sin siquiera haber pisado su estadio o hablar su idioma.
El hecho de que ya haya más jugadores mexicanos en las ligas importantes de Europa, extiende mucho más la audiencia televisiva y, por ende, el mercado dirigido a ésta se amplía. Aquí el consumo es el elemento clave para que la tele de paga siga transmitiendo futbol de medio mundo.
Cuando Roberto ha decidido apagar el televisor ese domingo por la noche, ha visto ya cuatro partidos completos, otros tres en zapping, ha revisado el resumen deportivo de cinco canales y se ha peleado tres horas más con los comentaristas que discuten el mismo gol desde, literalmente, todos los ángulos. Para concluir el tema del fanático saturado me viene a la mente una frase del ex futbolista Jorge Valdano: “El futbol es lo más importante entre las cosas menos importantes”.
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